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Columna del Presidente Junio 2020

En los últimos tres meses, nuestro mundo ha cambiado dramáticamente. La mayoría de los países han sido afectados por la pandemia del COVID-19, con un amplio rango de impactos. La mayoría de nosotros seguimos las medidas de confinamiento que fueron solicitadas por nuestros gobiernos o autoimpuestas para reducir la propagación del contagio. También se tuvieron consecuencias directas en nuestras actividades profesionales. Las universidades, los centros de investigación, las agencias gubernamentales y las empresas privadas se centraron en garantizar la seguridad de sus empleados, lo que significa en la mayoría de los casos la adopción del trabajo desde casa. Hemos sido creativos para realizar nuestro trabajo de forma remota, manteniéndonos en contacto con nuestros estudiantes, colegas o clientes, utilizando las redes sociales y las videoconferencias. Para aquellos de nosotros que trabajamos con organismos vivos, tuvimos que ser ingeniosos para mantenerlos durante estos tiempos difíciles.

Hemos aprendido a apreciar a las personas involucradas en actividades aparentemente simples, sin las cuales no podemos vivir como sociedad; es decir, trabajadores de la salud, de tiendas y reparto de alimentos, policías y militares, recolectores de basura... y productores de alimentos, incluidos los trabajadores de las granjas de acuicultura. En la mayoría de los países latinoamericanos, desde los pequeños acuicultores familiares hasta las grandes corporaciones, hemos seguido operando y hemos demostrado nuestra dedicación a la producción de alimentos de buena calidad. El pescado y otros alimentos acuáticos son una parte clave de nuestros sistemas de alimentación a nivel mundial, con un importante significado social, cultural y económico. Sin embargo, las interrupciones en varias cadenas de suministro, la caída de la producción y la disminución de la demanda de los consumidores están presionando los precios y la seguridad laboral. Como miembros de la Sociedad Mundial de Acuicultura, estamos en una posición ideal para evaluar esos efectos, pero más importante aún es ayudar con soluciones para recuperar los niveles de producción anteriores. Debemos usar nuestros datos y conocimientos científicos para comprender los impactos de la pandemia en los peces y los sistemas alimenticios acuáticos y apoyar a los productores locales para que sigan operando de manera segura y ofrezcan proteínas saludables y asequibles.

Otra consecuencia de las medidas de confinamiento que afectan directamente a nuestro Capítulo es el aplazamiento de nuestra conferencia anual. Teniendo en cuenta que la salud de los oradores, los expositores y la comunidad en general es de suma importancia, el Comité de Dirección de la Conferencia LACQUA 2020 (LACQUA20) y de la Conferencia de Acuicultura de Ecuador (CEA2020) ha decidido reprogramar este evento internacional para el 22 al 25 de marzo de 2021, manteniendo a Guayaquil como nuestra ciudad anfitriona. Seguiremos de cerca la evolución de la pandemia y las recomendaciones hechas por las agencias internacionales con respecto a la seguridad para viajar y asistir a conferencias. Por favor, consulten nuestra página web si necesitan más información o si están interesados en enviar su resumen, registrarse o reservar un stand (https://www.was. org/Meeting/code/LACQUA20). También los mantendremos informados sobre el progreso de esta importante conferencia a través de nuestras cuentas de Facebook y LinkedIn.

Deseo que todos estén bien y mis pensamientos están con todos ustedes en este momento. — Laurence Massaut, Presidente