Latin American & Caribbean Aquaculture 2023

April 18 - 21, 2023

Panama City, Panama

EVALUACIÓN DE LA HIDROESTABILIDAD EN ALIMENTOS FORMULADOS PARA CAMARÓN BLANCO Litopenaeus vannamei UTILIZANDO DIFERENTES TIPOS DE AGLUTINANTES COMERCIALES

Casillas-Hernández R.1, Cota-García K.2, Gil-Núñez, J.C. 1, Lares-Villa F. 1

Departamento de veterinaria y ciencia agronómicas, Instituto Tecnológico de Sonora. 5 de Febrero 818 sur Ciudad Obregón, Sonora,  México. *ramón.casillas20429@potros.itson.edu.mx

 



En el sector acuícola, la camaronicultura representa una de las actividades principales, por su gran aporte a la seguridad alimentaria (Faillace et al. 2016). Debido a esto, el aumento de granjas ha potenciado los problemas ambientales por los residuales descargados en zonas acuíferas. En la actualidad se buscan estrategias que ayuden a realizar éstas actividades de manera sostenibles (FAO, 2020). El uso de alimentos formulados con características físico-químicas adecuadas, puede representar una reducción de costos de producción, mayor rendimiento, calidad y sostenibilidad (Casto & Ceballos, 2021). El objetivo de este trabajo fue la evaluación de dietas para camarón blanco L. vannamei elaboradas con diferentes compactadores comerciales con el fin de conocer su porcentaje de hidroestabilidad y de lixiviación las cuales son características importantes en los alimentos destinados para esta especie.

Se elaboraron tres dietas según Gil-Núñez (2018), donde se incluyeron los compactadores A, B  y C a 0.4% para cada una de las dietas (Tabla 1).

Las pruebas de hidroestabilidad se realizaron según la metodología descrita por Bortone & Jory (2017), con 4 repeticiones, utilizando la siguiente formula:

Para el secado del alimento se utilizó el método 930.15 de la AOAC (AOAC INTERNATIONAL, 2005). Los análisis estadísticos fueron a una significancia de P < 0.05 mediante una ANOVA de una vía y una prueba Duncan usando Statgraphics 5.1. La dieta con el compactador “A”, presentó un mayor porcentaje de hidroestabilidad, mayor al 90%, en comparación con las dietas que se obtuvieron con los compactadores B y C, los cuales mostraron una estabilidad hídrica menor al 90% (P < 0.05).

La hidroestabilidad mayor al 75% en los alimentos formulados con 35% de proteína promueve una buenas detección y consumo del alimento, eficiencia en el uso del alimento, disminución de residuales, mejor conversión alimenticia y una mayor rentabilidad en la producción (Bartone & Jory 2017).