La acuicultura en Chile es dominada ( en producción y valor) por el cultivo de salmónidos. La Acuicultura de Pequeña Escala (APE) es una actividad productiva históricamente relevante, particularmente en la Región de Los Lagos, con énfasis en la captación de semillas y engorda de Mytilus chilensis (“chorito ”) y el cultivo de alga roja agarófita Gracilaria chilensis (“pelillo”). En el 2002, la APE es reconocida como un segmento particular de la acuicultura chilena, caracterizada por equipamiento de baja inversión, dificultades de acceso a capital de trabajo y bajo valor agregado de la producción, la cual es utilizada como materia prima para la elaboración de conservas y congelados (“chorito”) o producción de hidrocoloides (“pelillo”). La APE es promovida como un medio de vida alternativo y fuente de ingresos para comunidades costeras. Desde 2022, existe u n Reglamento que la distingue como un segmento particular de la acuicultura nacional, ajustando el cumplimiento normativo a su propia realidad. En ese contexto, la ejecución del proyecto FIPA 2022-24 “Levantamiento de un Plan Estratégico de mediano y largo plazo para la Acuicultura de Pequeña Escala en Chile”, permitió la participación de stakeholders público-privados en todo el país, quienes identificaron las principales brechas y desafíos , y a partir de eso, las acciones estratégicas que debieran implementarse para mejorar el desempeño de la APE en Chile. Este esfuerzo intersectorial público-privado buscó identificar, ordenar, priorizar y orientar las intervenciones para mejorar el status de la APE en Chile.
La revisión de información secundaria pertinente al sector APE, estadísticas sectoriales de producción y tipo de actores APE por territorio, normativa aplicable a la actividad APE y caracterización socio-económica de los productores, permitió definir 8 áreas estratégicas en las cuales se constatan las mayores dificultades del sector. A través de Talleres Participativos, se convocó a stakeholders públicos y privados a identificar los principales problemas para cada una de estas áreas estratégicas. Posteriormente, a través de herramientas cualitativas (Análisis FODA, Árbol de Problemas y Análisis de Campos de Fuerzas), se identificaron las principales brechas y desafíos del sector. Finalmente, el análisis en profundidad de los Árboles de Problemas, bajo una metodología de matriz de marco lógico, permitió definir las principales acciones que debieran ser implementadas para abordar los problemas detectados en las diferentes áreas estratégicas. Tanto la identificación de brechas y desafíos como las acciones que debieran implementarse fueron apoyadas con un panel experto de funcionarios de instituciones públicas vinculadas al fomento y promoción de la APE y entrevistas dirigidas a un panel expertos del mundo académico y productores APE destacados. Una síntesis del flujo de trabajo se presenta en la Figura 1.
La implementación de las acciones sugeridas impone desafíos en la coordinación intersectorial y la conducción de ellas por medio de liderazgos claros, evitando una mirada sesgada en cuanto al cumplimiento individuales de cada institución. El rol de los Gobiernos Regionales en la definición de sus ejes productivos es clave para articular algunas de las acciones sugeridas, detonando cambios en la gestión y coordinación interinstitucional.